La crisis adolescente
La adolescencia ofrece un terreno particularmente propicio para desarrollar conductas de riesgo de cualquier tipo.
La ansiedad y la incomodidad física que caracterizan a esta edad, la presión social de los grupos de adolescentes, de los medios de comunicación, la búsqueda de una identidad, son algunos de los factores que contribuyen a convertir al adolescente en un ser vulnerable.
El modo en que el adolescente transita por esta etapa dependerá en gran medida de la confianza básica que posea, de acuerdo con sus experiencias infantiles. Este sentimiento brinda seguridad y es el basamento fundamental de la identidad, que lo ayudará a soportar cantidades importantes de frustración sin desorganizarse.
La posibilidad de insertarse en la sociedad y el trato que le dispensan los adultos significativos, inciden de igual manera en el adolescente.
El reconocimiento de la madurez sexual así como social, el acceso a la productividad activa y a acciones socialmente útiles redundará en un incremento de su seguridad ademas de su autoestima.
Cuando la ansiedad que padece el adolescente es elevada, al igual que su incomodidad física, la presión social es intensa, su confianza básica es escasa y no encuentra la forma de insertarse en el mundo adulto, aparecerán trastornos de diversa índole.
La pubertad
Normalmente cuando el período de latencia va llegando a su fin, alrededor de los 10 u 11 años, la maduración corporal trae aparejada en la niña una preocupación por las sensaciones físicas y los cambios corporales acompañados por somatizaciones, síntomas hipocondríacos y un extrañamiento de la imagen corporal infantil.
Coincido con María Esther García Arzeno en que: "Los padres deberán encarar ese momento evolutivo de su hija y colaborar siendo buenos continentes sin irritarse, desconcertar o asustarse porque, muchas veces, la conducta de la niña será contradictoria y necesitará que ellos le brinden mayor seguridad y tranquilidad".
En el proceso de reafirmar su identidad toman a la mamá como modelo, pero tampoco quieren utilizarla como tal. Esto le produce desasosiego, temores, depresión y ansiedad, ya que no solo necesita identificarse sino también diferenciarse.
La adolescencia
Durante el transcurso de la pubertad y de la adolescencia, los jóvenes deben realizar
tres duelos fundamentales:
El duelo por el cuerpo infantil perdido, debido a los cambios que se le imponen y frente a los cuales se siente como un espectador impotente de lo que le va ocurriendo a su cuerpo
El duelo por el rol y la identidad infantiles, renunciando a la dependencia y asumiendo responsabilidades para las cuales puede no sentirse preparado y,
El duelo por los padres de la infancia, a quienes tratan de retener en forma ambivalente.
En el proceso de elaboración de estos duelos, el adolescente recurre normalmente a manejos psicopáticos de actuación; a través de los cuales intenta mantener bajo control algunos aspectos del mundo tan cambiante en el que se encuentra inmerso.
Tanto las modificaciones corporales, como los imperativos del mundo externo, son vividos al principio como una invasión. Esto lo lleva a retener, como defensa, muchos de sus logros infantiles y a refugiarse en su mundo interno para poder reconectarse con su pasado y desde allí enfrentar el futuro.
El adolescente va adoptando distintas identidades sucesiva o simultáneamente, en su búsqueda de una definitiva. Estas se relacionan con el proceso de separación de las figuras parentales.
El duelo necesita tiempo para ser elaborado, por eso, el verdadero proceso de entrar - salir de la adolescencia es tan largo y no siempre se logra plenamente. Las fuerzas necesarias para atravesarlo se obtienen de los primeros vínculos con las figuras significativas.
Como señala Arminda Aberastury "Un buen mundo interno surge de una relación satisfactoria con los padres internalizados y de la capacidad creadora que ellos permiten." Ese mundo interno es el que facilita un buen ajuste emocional así como el establecimiento de la identidad adolescente.
Realiza intentos de conexión placentera con el mundo, que no siempre logra lo que provoca que la sensación de fracaso frente a esta búsqueda de satisfacciones pueda ser muy intensa lo que le obliga a refugiarse en sí mismo.
Esto origina ese típico "sentimiento de soledad", por la frustración, el desaliento y "el aburrimiento" característico de esta etapa.
Culminación de la adolescencia
A lo largo de esta etapa el joven irá integrando a su personalidad los cambios físicos y el desarrollo de su sexualidad, irá logrando un sentido de identidad, eligiendo una carrera ademas de un rol social que acuerde con sus propios valores.
Como dice Peter Blos: "el heredero de la adolescencia es el ser." Este proceso culmina con la ordenación e integración de la personalidad y de la conducta en roles sociales accesibles.
Bibliografía:
Peyrú, G. (1994), "Adolescentes en riesgo", Psicologías en Bs. As.
Dolto, F. (1990) "La causa de los adolescentes", Barcelona, Ed. Seix Barral. García
Arzeno, M.E. (1983), "El síndrome de la niña púber", Bs. As., Ed. Paidós.
Brusca, J. (1991), "Autoestima - La única seguridad está dentro mío", Alternativas en
psicoterapias.
Psic. Ilse Alfonso
Cedula profesional 9235373
Licenciada en Psicología por la Universidad Veracruzana, cuenta con diferentes diplomados como:
Diplomado en Psicoterapia Infantil
Diplomado en Terapia de Juego
Su experiencia clínica; Trabajo con padres de familia, evaluación y diagnostico infontojuvenil, atención a infantes con problemáticas de tipo cognitivo, emocional, conductual y motrizn y trabajo con grupos de TEA y TDAH.
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